terça-feira, maio 20, 2008

«El recuerdo de Lisa se descuelga otra vez
por el agujero de la noche.
Una cuerda, un haz de luz
y ya está:
la aldea mexicana ideal.
En medio de la barbarie, la sonrisa de Lisa,
la película helada de Lisa,
el refrigerador de Lisa con la puerta abierta
rociando con un poco de luz
este cuarto desordenado que yo,
próximo de cumplir cuarenta años,
llamo México, llamo D.F.,
llamo Roberto Bolaño buscando un teléfono público
en medio del caos y de la belleza
para llamar a su único y verdadero amor.»